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Lo más importante que he aprendido en 2023
Otro año termina y me gustaría compartir lo más importante que he aprendido sobre emprender, negocios, gestión, etc.
Comentar también que será el último envío del año, con lo que ya nos “veremos” de nuevo en enero de 2024.
Y cuando se trata de lo aprendido, a veces, como en este caso, en realidad es “reaprender”, darte cuenta de nuevo de la importancia de ciertas cosas que, con el paso de los días y su interminable lista de tareas, hace que nos centremos demasiado en los árboles concretos y perdamos de vista el bosque.
CEOs, reuniones y la verdad sobre los negocios
Este 2023 ha sido uno lleno de reuniones, especialmente videoreuniones que el 99% de las veces podrían haber sido un email, pero esa no es la lección importante con la que quedarse, aunque debería, la verdad.
Lo que uno puede constatar en dichas reuniones, y en cada interacción de negocio, son varias cosas:
- Que, efectivamente, el tamaño y la calidad de la libreta de contactos es uno de los factores más importantes para el éxito. Por no decir el que más influye.
- Que este es un juego de personas por encima de todo.
Lo que me lleva a la lección clave reaprendida.
La verdadera gestión de un negocio no es de recursos y activos, como dicen los libros de la carrera y ese máster que te dijeron que debías hacer si querías ser algo en la vida.
La verdadera gestión es de emociones y egos.
Que es uno de los puntos importantes del libro sobre emprender en el que sigo trabajando, por cierto.
Porque sí, la teoría de la gestión se basa en asignar de la mejor manera los recursos que tenemos (humanos, monetarios, tecnológicos o de la naturaleza que sean) para conseguir los objetivos propuestos de la manera más eficiente.
Y eso es así y debemos ser buenos en eso, pero como en el caso de tener una oferta superior, es una condición necesaria, pero no suficiente para sobrevivir en este ecosistema.
Una vez tienes lo básico en orden, te das cuenta de que el trabajo no ha hecho más que empezar y que las habilidades más importantes están en el campo de esa gestión de egos y emociones, tanto de clientes, como de empleados, socios, inversionistas y casi cualquiera que te cruces en el camino.
Y cuanto más alto vueles, es decir, cuanto más arriba te muevas en la pirámide alimentaria (y en general querremos hacerlo, porque hay que recordar que no debemos meternos en Vietnam y el mejor cliente es el que tiene dinero), más importante es.
Cómo echar a perder un proyecto en sencillos pasos
No hace mucho, estaba trabajando para una agencia elaborando el lenguaje y el storytelling sobre el que establecer el marketing de un cliente importante que tenían y para el que me pidieron ayuda.
Importante nivel que sea proveedor tecnológico de grandes bancos, el Barcelona CF, etc.
Y al principio estaban muy ilusionados y la primera reunión fue genial y hasta sirvió para poner tiempos y trabajos. Entregué el mío cuando dije, pero vi que la agencia no se movía para trasladarlo al cliente o hacer su parte. Pasó más de una semana y dicho cliente preguntó.
Su email, en el que estaba metido dentro de la cadena, quedó ignorado durante 48 horas o más (no era mi lugar responder, aunque estuve tentado porque vi lo que pasaría), de modo que el cliente insistió preguntando qué pasaba y vi que daría igual el trabajo presentado.
Sería mirado a través del filtro del despecho y lo que importa es la percepción, no la realidad.
Algo que cualquier agencia de marketing debería tener claro, pues su trabajo es, precisamente, la percepción en todas sus facetas.
Efectivamente, el trabajo completo se presentó tarde por parte de la agencia y ahora es el cliente el que está devolviendo con la misma moneda, haciéndose esperar hasta 2024, aunque deberíamos estar desarrollando ya el grueso del trabajo.
¿Infantil?
Sin duda.
¿La primera vez que lo veo?
Más bien sigo esperando la primera vez que no vea algo así.
Lo mismo pasa en cualquier otro sector en cuanto a la gestión que verdaderamente importa.
Haz que el cliente se sienta especial y volverá aunque no tengas la mejor oferta. Haz que el cliente se sienta ignorado (ninguneado, estafado, no escuchado o cualquier otra emoción negativa) y dará igual que seas el mejor.
Porque al ser este un juego de personas, en realidad es un juego de emociones.
No es mi intención elevar una anécdota a nivel de datos, pero la realidad es que siempre he visto variaciones del mismo baile. Si fallas en la gestión de emociones y egos, especialmente a alto nivel, dará igual lo bueno que seas en la gestión de recursos.
Quien recuerde aquel email sobre el poder en una organización, cómo conseguirlo y mantenerlo, también se acordará de que, por ejemplo, según los estudios es mejor caer bien a quien te evalúa que hacer el mejor trabajo cuando se trata de ascensos, poder y dinero.
Y no es justo, no es profesional y no debería ser lo importante, pero si queremos que el juego no nos devore, debemos enfrentarlo como es y no como nos gustaría que fuera.
Por eso, muchos genios en su trabajo son excelentes empleados, pero terribles emprendedores. Porque lo más importante son otras habilidades, como la venta y la gestión. La gestión tanto de recursos como, sobre todo, de emociones y egos, porque eso es lo que trae la venta.
Y dicho esto, ya termino igual que está haciendo el año, de modo que solo me queda desear una Feliz Navidad y que 2024 traiga todo lo mejor.