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La verdad más incómoda sobre emprender y los negocios
Hay muchas verdades incómodas en esto de los negocios y de emprender. Pero cuando me planteé escribir un libro que hablara de ellas, una destacó enseguida por encima del resto.
El hecho de que, por definición, cuando te dedicas a esto, nadie puede llevarte de la mano y decirte lo que tienes que hacer.
Emprender implica abrir tu propio camino donde no lo hay, por eso es imposible que alguien sea capaz de decir: “Ahora haz esto o ahora haz aquello”. De hecho, si esperamos eso, mejor regresar al calor de una nómina.
Sin embargo, sí es cierto que hay lugares comunes en el mapa, estrategias generales, modos de pensar y principios básicos de cómo funciona el juego. Y conviene conocerlos, porque aumentan las probabilidades de salir con vida de esto.
Y lo que es más importante aún, muchos de esos principios y lugares útiles no son lo que se suelen repetir a menudo.
La visión del mundo de los economistas
Hasta hace un tiempo, en el que algunos libros dieron a conocer el Principio de Pareto, este era un oscuro concepto que apenas conocían aquellos que, como yo, tomaron la inconcebible decisión de estudiar economía.
Pareto era un economista italiano que estudió a finales del siglo XIX que el 80% de la riqueza de Italia estaba concentrada en tan solo un 20% de personas.
Mientras, el 80% restante se repartía el 20% de dinero que quedaba. Desde entonces, esa acumulación no ha hecho más que crecer, y no solo en Italia, sino en el mundo en general.
Los estudios de Pareto, aunque parezcan obvios hoy, resultaron muy importantes por las ramificaciones que tienen, y que van mucho más allá del análisis de la riqueza, ya que sus conclusiones se aplican a casi todos los ámbitos de la vida.
Así, el Principio de Pareto, también conocido como Principio del 80/20, nos sirve para comprender cómo funcionan realmente el mundo y sus cosas, incluyendo emprender, que es lo que nos interesa aquí.
De verdad incómoda en verdad incómoda y tiro porque me toca
El problema es que Pareto enseña una característica bastante fea, pero inherente a los negocios y al mundo: El hecho de que este es un juego injusto, desigual y acumulativo.
Que, como comento en el libro sobre emprender que espero que vea la luz más pronto que tarde, no lo digo por razones ideológicas, sino pragmáticas. Mi intención es que quien me lee sobreviva, y por desgracia, la base de la pirámide alimentaria la componemos los pardillos e inocentes que nos resistimos a creer que las cosas son así.
Pero lo son si echamos un pequeño vistazo alrededor, mientras nos tapamos los oídos ante narrativas falsas sobre meritocracias y similares.
Si nos las creemos, lo vamos a pasar muy mal, pocas cosas nos saldrán y no sabremos ni por qué. Y lo peor, tendremos todo el rato cara de tontos, porque no entendimos nada. Pensábamos que jugábamos a las damas y resulta que era ajedrez.
En la vida real y emprendedora, Goliath derrotará a David el 90% de las veces. Y todas esas películas que nos encantan sobre la fuerza de los pequeños o los perdedores que ganan la final por el poder del amor y el esfuerzo son eso, películas. Siempre habrá alguna anomalía y nos encargaremos de amplificarla hasta que parezca mucho más común de lo que es, pero son anomalías.
Sin embargo, está muy bien que muchos crean en ellas, así unos pocos se quedan con todo más fácilmente, aplicando las verdaderas reglas que sí funcionan.
La aplicación práctica y positiva
La segunda implicación del Principio de Pareto es todavía más importante para nuestro día a día como emprendedores. Porque mientras la primera es una característica inevitable del juego que tendremos que afrontar y gestionar (a favor si partimos del lado poderoso y en contra si somos de los pequeños sin recursos), esta segunda implicación nos servirá de mucho en la práctica:
Prácticamente, en cualquier situación, un 20% de cosas nos dará el 80% de los resultados.
O lo que es lo mismo (porque 80 y 20 son números indicativos y no certezas matemáticas), casi siempre, una pequeña cantidad de cosas serán las que importen realmente y nos proporcionarán la mayoría de resultados.
Y nuestra labor es saber cuáles son en toda situación, para después apoyarnos en ellas.
Así, una minoría de productos proporcionarán la mayoría de ventas, unas pocas acciones de marketing traerán a la mayoría de clientes, unos pocos clientes proporcionarán la mayoría de ingresos… Y así todo.
Y a ese 20% importante deberemos aplicarle el 80% de nuestros recursos, tiempo y esfuerzo.
Cada negocio es un mundo, pero el Principio de Pareto se manifiesta en la enorme mayoría de situaciones y es fascinante. Aún no he visto en toda mi carrera una empresa donde las ventas se repartan uniformemente entre todas las líneas de producto, ni que todos los trabajadores aporten lo mismo, o los ingresos vengan de todos los clientes por igual.
Pareto nos dice cómo gestionar óptimamente, y mi última intención es inculcar la mentalidad de un economista, pero en este caso, es muy rentable.
Así, buscar y conocer el 80/20 de toda situación en la que estemos nos permitirá obtener ventaja y dedicar nuestros escasos recursos de la manera óptima. Aprender a mirar como un economista es reconocer dónde están las palancas y activarlas.
Eso implica, muchas veces, centrarnos en lo que no nos gusta, en lo aburrido, en lo que no es tan estimulante. Pero ese suele ser otro principio general a la hora de emprender, que son los fundamentos sosos, y no las modas excitantes, las que nos salvarán.