La semana pasada vimos qué rasgo de personalidad estaba más asociado al éxito según los datos. Y no era ninguno de los habituales que se suelen comentar, sino otro mucho más «aburrido» (lo que suele ser señal de que, probablemente, es cierto).

Se trataba de ser concienzudo y escrupuloso y, si recogemos los datos de otros atributos que hemos visto anteriormente, podemos hacernos una imagen bastante completa y real de cómo es la personalidad emprendedora que más se asocia al éxito.

Por eso, unamos todas las piezas esta semana y veamos los 5 rasgos de personalidad que más se encuentran correlacionados con el éxito.

Por suerte para nosotros, se pueden practicar y cultivar.

Radiografía de la personalidad emprendedora «perfecta»

Si unimos esas piezas que hemos explicado hasta ahora durante estos meses y/o años, el emprendedor «perfecto» es alguien que posee:

1) Escrupulosidad

O la capacidad de ser concienzudo en su labor, con un interés real por ella y el objetivo de hacer el mejor trabajo posible con atención al detalle.

Dicho de otro modo, que le importe lo que hace y aquel a quien se lo hace.

Para saber más, ver el correo de la semana pasada.

2) Confianza

La cual vimos cuando hablamos, hace poco más de un mes, sobre por qué elegimos políticos idiotas. 

Guste más o menos, la realidad es que la confianza es contagiosa y nos atrae de forma irremediable.

Para lo que nos interesa especialmente, hablamos de mostrar confianza en nuestros procesos de persuasión. Es decir, en la obtención de síes a lo que propongamos a otros (incluyendo las ventas) y que es, prácticamente, el trabajo diario de todo emprendedor.

El motivo es sencillo y poderoso: Si nosotros no confiamos en lo que hacemos y lo mostramos, no podemos esperar que el cliente lo haga.

3) Extroversión

Dado que los contactos son uno de los aspectos más correlacionados con el éxito de una empresa, es innegable que los extrovertidos llevan ventaja en el networking, tanto a la hora de crear nuevos contactos como de nutrirlos.

Eso no significa que estés condenado si, al igual que yo, eres un introvertido, pero nos guste más o menos, los humanos solo conseguiremos lo importante y complicado en grupo.

Y emprender tiene esas dos características.

Cuando en su día hablé del enorme poder de la suerte a la hora del éxito emprendiendo, hablaba de la realización de intentos y de cómo, cuando estás en un contexto donde el azar es lo más importante, la estrategia es hacer más e intentar más, y no bajar los brazos.

Aquí entra a jugar de nuevo la extroversión o extraversión.

Una buena parte del libro sobre emprender que verá la luz muy pronto (el manuscrito está terminado por fin desde hace algunas semanas), trato ese tema de la suerte a fondo. Y al contrario de lo que pudiera parecer, es algo bastante estudiado por científicos sociales que analizan cómo son aquellos «más afortunados».

Pues bien, los más extrovertidos y menos neuróticos también suelen tener más suerte

No porque el azar esté enamorado de ellos, sino porque, debido a su personalidad, se exponen a más situaciones en las que pueden darse oportunidades azarosas y que ellos se encuentren en el momento y lugar adecuado, en lugar de encerrados en casa, o sin enterarse de esas oportunidades, porque apenas se relacionan con nadie.

Es por eso que, independientemente de cómo seamos, debemos trabajar esto como sea: salir más, exponernos más, conocer a más gente, decir que sí más a menudo…

4) El instinto asesino

Este es otro rasgo que ya tratamos a fondo hace unos meses y que tiene mucho que ver con el anterior. Esto se debe a que, en realidad, no importa que sepamos sobre oportunidades o estemos cerca si no nos lanzamos sobre ellas con rapidez.

Cuando hablaba de instinto asesino (a falta de un mejor término que definiera esa audacia de lanzarse sobre la oportunidad en cuanto pasa), me refería, sobre todo, a la capacidad de coger esos trenes de alta velocidad que solo pasan una vez en la vida y se llaman oportunidades.

Porque quien vacila, se lo pierde.

5) Superpronosticadores humildes y empáticos

Esta referencia también la vimos, pero solo sonará a los más veteranos de estos envíos, cuando hace casi dos años tratamos cómo tomar mejores decisiones en condiciones de incertidumbre.

En aquel entonces, analizamos los trabajos de Philip Tetlock, empeñado en descubrir cómo son aquellos capaces de predecir mejor el futuro.

A menudo, se habla de inteligencia como rasgo del emprendedor exitoso, y en cierto modo es verdad, pero más inteligencia no implica necesariamente más éxito. Especialmente, monetario. 

Eso sí, es importante no ser idiota, pero una vez tienes una cierta inteligencia, y a un nivel bastante normal, porque no hace faltar ser genios superdotados ni mucho menos, no precisas muchos puntos más de CI para tener éxito.

Lo que sí necesitas es no caer en las mil trampas de un mal juicio, como la de obcecarte con lo que opinas sin estar abierto a nada más, o usar mal la confianza anterior, mostrando que la fina línea que lo separa de ser un cuñado es eso, fina.

Los mejores pronosticadores, para el que no estuviera por aquí todavía cuando hablábamos de ellos, contemplan visiones opuestas, están abiertos a nuevos datos y son «más zorros que erizos», como los define Tetlock. 

Esto implica que suelen tener bastantes inquietudes e intereses diferentes, sabiendo un poco de todo al estilo de «persona del Renacimiento», en contraposición a ser expertos profundos en una sola cosa, sin que les interese lo que no es «lo suyo».

Todo eso requiere humildad y empatía para comprender que no lo sabemos todo, pero sí debemos preguntarnos todo, estando abiertos a otras opiniones y posiciones.

Ahora, como siempre en este ámbito de trabajo, esto no garantiza nada, pero si tuviéramos que componer la imagen de la persona más adecuada para emprender, se parecería mucho a la que acabamos de ver.

Al menos, según los datos y no el mito.